... Porque ni siquiera quiero ser mayor. Me quedo con la reflexión, y la vida.
Pero ya que crecer es inevitable, y hacer algo para vivir también lo es, mejor elegir lo que a uno le gusta, porque puede que sea lo que pase haciendo el resto de su vida.
Así conseguiríamos ser más felices cada día, no amargar a los demás, y hacer cada vez mejor nuestro trabajo.
Que quince días de vacaciones no sean para olvidar el resto de tristes días, sino para descansar y coger más fuerza.
Y, por mucho que crezcamos, que no perdamos nunca la reflexión.
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